Como vimos en el artículo anterior, Simone de Beauvoir sentó las bases y ejerció gran influencia en muchísimas feministas, como Shulamith Firestone (1945-2012). Firestone justamente dedicó a Beauvoir su libro La dialéctica del sexo: Un argumento para la revolución feminista, publicado en 1970.[1] El subtítulo del libro dice mucho: El nexo entre Marx y Freud… En esta obra, Firestone desarrolló una posición feminista que hoy en día es tal vez la más predominante.
Tres cosas quiero notar al respecto.
- En primer lugar, la obra de Firestone está guiada de fondo por el pensamiento marxista. De hecho, Firestone retoma la idea marxista de la lucha dialéctica de clases, la lucha que según Marx existía entre el capitalismo y el proletariado con respecto a los medios de producción (la lucha de clases) y la aplica a la lucha feminista entre hombres y mujeres con respecto a los medios de reproducción sexual. Para ella, si la mujer quiere ser verdaderamente libre, deberá tomar control total sobre su cuerpo, lo cual incluye el poder de decidir sobre la reproducción. Hasta que la mujer no lo logre, afirma Firestone, la libertad de la mujer será meramente ilusoria. Es por eso que el feminismo radical se centra en una lucha de tipo sexual, centrada en el “derecho a decidir”, y afirmando como argumento que “es mi cuerpo”. Y no solamente eso, sino que busca una liberación total de la propia biología.
- En segundo lugar, Firestone aplicó la teoría económica marxista acerca de la división del trabajo al plano sexual, la cual llamó la “división sexual del trabajo”. La mujer, como el proletariado que trabaja para el capitalista, trabaja para el hombre por medio de la reproducción sexual. La mujer debe estar siempre dispuesta a complacer los deseos sexuales del hombre, y luego llevar el fruto en su vientre hasta el nacimiento. En resumen, todo el trabajo recae en la mujer.
- En tercer lugar, Firestone hizo una revaluación de las ideas de Beauvoir acerca del amor, el romance, y el matrimonio como inventos masculinos para encontrar sentido a la vida. Para Firestone, estas ideas benefician solamente al hombre, lo cual llevó históricamente a crear mecanismos por los cuales la mujer “pertenece” al hombre, y ésta está sujeta al hombre en el matrimonio. Por eso, para Firestone, la idea de la familia y del núcleo familiar es una idea “opresiva” para la mujer, y que por lo tanto debe ser disuelta: “Hay que romper la tiranía de la familia biológica.”[2] De hecho, ella habla de una unidad familiar biológica, la cual es fruto de una construcción ideológica para la reproducción humana, lo cual no lleva más que a reafirmar la dominación masculina, ya que la mujer es de hecho la que tiene que llevar la carga de reproducción sexual. Por eso, sólo si la mujer se levanta y rebela, como el marxismo propuso para el proletariado, y toma control de su cuerpo por medio de la reproducción sexual (aborto, anticonceptivos), la opresión a la mujer por fin será superada. Esto explica el por qué el feminismo se ha aliado a la lucha por las uniones homosexuales y a la agenda LGBT, ya que es una manera de diluir el significado del matrimonio y familia, creando nociones “alternativas”.[3] Pero esta alianza no es más que de conveniencia, y no sería extraño que en el futuro el feminismo radical también se vuelque en contra de grupos homosexuales y transexuales, porque de fondo son hombres, y como al cromosoma XY no se los saca nadie, siempre serán potenciales enemigos.
Ahora bien, no olvidemos que la lucha dialéctica de clases no se dio históricamente de modo natural, como pensaba Marx, sino que fue llevada a cabo por medio de la lucha y revolución armada. Por eso no es de sorprenderse que los movimientos feministas contemporáneos de hecho se manifiestan con violencia (como lo demuestra el movimiento feminista argentino en cada congreso de mujeres auto-convocadas), y que tarde o temprano va a llevar a la lucha armada y terrorista, bajo la mirada silenciosa de gobiernos y medios de comunicación complacientes. De hecho, Firestone fue durísima con las “feministas burgueses”, aquellas cuyo feminismo no era lo suficientemente revolucionario porque sólo buscaban el crecimiento económico y escalar dentro de sus trabajos a posiciones cada vez más altas.
Firestone escribió sobre la ciencia, especialmente la biología humana. Lo interesante es que su consideración sobre la biología no consiste en más que un ataque a la misma, y de ciencia no tiene nada. Firestone presenta a la biología como una tiranía natural que conduce a la opresión de la mujer. Estas palabras suyas son significativas: “En el caso del feminismo, el problema es moral: la unidad biológica familiar siempre ha oprimido a la mujer y a los niños, pero ahora, por primera vez en la historia, la tecnología a creado las precondiciones reales para eliminar tanto a las condiciones ‘naturales’ opresivas, como a sus imposiciones culturales. Con respecto a la nueva ecología, nos damos cuenta de que, independiente de cualquier punto de vista moral, por razones solamente pragmáticas y de supervivencia, es necesario librar a la humanidad de la tiranía de su propia biología.”[4] Sí, leyó bien, dice claramente “tiranía de la biología”.
Firestone concede que, al contrario de la lucha de clases marxista, la cual es ficticia, la lucha entre el hombre y la mujer es real, y tiene un fundamente biológico: “Al contrario de las clases económicas, las clases sexuales se derivan directamente de la realidad biológica: el hombre y la mujer han sido creados diferentes, y no son iguales”.[5] Parece ser una concesión a la ciencia, ya que ésta filósofa feminista admite que la naturaleza y la biología, de hecho, dan testimonio de un cromosoma binario XX y XY, y que por tanto el hombre y la mujer son diferentes. Sin embargo, la admisión de esta realidad científica lleva a Firestone a concluir que la biología humana debe ser trascendida si la mujer quiere ser verdaderamente libre. Para ella no basta con que la mujer esté representada con el 50% de los puestos de trabajo, o con los altos cargos empresariales o de gobierno, y que gane millones. No se trata, como lo sugieren algunas feministas, de sólo invertir la jerarquía biológica y abrazar el poder femenino para convertir la femineidad en un arma contra los hombres. El feminismo, para Firestone, es más profundo. Ella llama a una revolución total contra la biología y la naturaleza humana, porque sólo esto liberará a la mujer. Y según Firestone, hay dos caminos para lograrlo.
- El primer camino de la revolución feminista se llevará a cabo cuando el poder del dinero, la tecnología, y los servicios de la salud se unan y liberen finalmente a la mujer de la tiranía de la biología. Como ella afirma: “La tecnología ha creado las pre-condiciones reales para derrocar estas condiciones ‘naturales’ opresivas”.[6] Éste es el próximo “gran salto evolucionario”, según Firestone.[7]
- Pero como ese camino todavía parece lejano, Firestone pensó un segundo camino para llevar a cabo la revolución feminista, un camino temporario hasta que el “gran salto evolucionario” pueda ocurrir. Este camino consiste en la destrucción cultural de cualquier diferencia de género, ya que la biología todavía no ha podido ser manipulada lo suficientemente como para trascenderla por medio del poder tecnológico. Como la ciencia, al menos la ciencia honesta, va a recalcar las diferencias biológicas entre el hombre y a mujer, entonces hay que crear un tipo de conciencia cultural por el cual “las diferencias entre seres humanos ya no tengan ninguna importancia culturalmente”.[8] Éste será el camino a recorrer, hasta que la mujer finalmente posea un día el poder tecnológico para poder trascender su biología. ¿Pero por qué la mujer y no el hombre? Porque la mujer nace dentro de estructuras sociales que limitan su libertad, además de no tener control sobre su composición biológica, lo cual la lleva a no tener control sobre su propio cuerpo. Todo esto, según Firestone, lleva a la mujer a vivir un tipo de opresión mucho más significativo que la opresión que pueda sufrir el hombre. Para su liberación, sin embargo, será necesario superar a la misma naturaleza humana, ya que dicha naturaleza es el obstáculo supremo para vivir la libertad plenamente.
Cuando tal vez uno piense que ya está todo dicho, y no hay ideología mueva por inventar, la filosofía feminista no termina ahí. Continuará…
[1] Cf. Firestone, Shulamith, The dialectic of sex: The case for feminist revolution, New York, W. Morrow, 1970.
[2] Ibid., p. 11.
[3] Como la presentada en el programa de TV “Modern Family”.
[4] Firestone, The dialectic of sex: The case for feminist revolution, pp. 192-193.
[5] Ibid., p. 8.
[6] Ibid., pp. 192-193.
[7] Cf. Ibid., p. 193.
[8] Ibid., p. 11.
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El presente artículo está basado en mi próximo libro “Ideología de género y educación sexual”, el cual está basado en más de 800 artículos científicos sobre el tema. Los expertos consultados se cuentan entre las autoridades más importantes en el mundo científico en los campos de la genética, psiquiatría, endocrinología, epidemiología, epidemiología psiquiátrica, neurología, neuroinmunología, genética, biología, pediatría, medicina interna, y sociología. También han sido consultados multitudes de personas víctimas de la ideología de género, y sus testimonios trágicos verán por primera vez la luz en estas páginas. A ellos y sus familias van dedicadas estas páginas, porque debemos encontrar un camino para aliviar su sufrimiento.
Señor Pablo Muñoz Iturrieta. He leido con mucha atención, lo que ud. a escrito en lo que llaria Editorial. Estoy desalentada. Por tanta perversidad. Siempredije, y afirme, que estas personas, son enfermos Psicológicos. Ahora: No puedo explícame, porque nos someten a todos. !!! Es verdaderamente, una guerra silenciosa…Muy bien explicado. Muchas gracias!!!
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En cierta forma sí que se podría hablar de la tiranía de la biología, por que esa forma de pensar y actuar es el reflejo de la opresión que sufren por todas esas emociones locas que fluyen por sus mentes femeninas, ojalá que algún día se tranquilicen y aprendan un poco de racionalidad.
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