La ideología de género es una doctrina dogmática, sin fundamento científico, la cual está siendo impuesta por medio de un proselitismo estatal agresivo e ideológico a nivel mundial.
En California, por ejemplo, un mandato de 2016 sobre Una educación sexual comprehensiva e instrucción sobre VIH y SIDA, tiene una agenda marcadamente LGBT.[1] Si bien se le concede a los padres el que puedan retirar a sus hijos durante las secciones de educación sexual y prevención del VIH, la excepción no aplica, entre otras cosas, a “la instrucción, materiales, presentaciones o programas que tratan cuestiones de género, identidad de género, expresión de género, y la orientación sexual”. Y esto hay que remarcarlo una y otra vez. Muchas veces, para lograr consenso, se pasan leyes de educación sexual con la aclaración que los padres pueden sacar a sus hijos si así lo deseen (como si fuera tan fácil salir del trabajo, ir a la escuela, y sacar a los hijos por dos horas…). Sin embargo, hay que recordar esto no incluye el adoctrinamiento sobre el género. En California, la instrucción sobre orientación sexual y género está fuera del alcance de los padres y no requiere dar aviso a los mismos para enseñarla. Un hecho concreto ocurrió hace poco cuando padres se enteraron que a sus niños de jardín de infantes la maestra les leía historias de niños sobre transexuales y cambio de sexo![2] Los niños volvían a la casa temblando de miedo porque pensaban que se podían cambiar de nena a varón y viceversa, ya que la maestra trajo a un niño que estaba en medio de una “transición” y se los presentó como opción. (Si saben inglés, no se pierdan el video al respecto). Los padres se presentaron furiosos en la escuela pidiendo explicaciones, y no se les ofreció otra que “las cuestiones de identidad de género no requieren notificación a los padres”. El catecismo del género es obligatorio y no tiene edad de consentimiento.
Además, “el enseñar sólo la abstinencia sexual no está permitido en las escuelas públicas del estado de California.” Parece básico y de sentido común que la abstinencia es la mejor solución a las enfermedades de transmisión sexual. Pero en una cultura que se glorifica el sexo como la manifestación más grande del ser humano, el afirmar tal cosa no está permitido… Como tampoco está permitido el cuestionar falsos presupuestos filosóficos: Que uno no nace, sino que se hace… que el género es una construcción social impuesta por los padres en los dos primeros años de edad… que el género es una construcción personal radicalmente independiente de la biología, de tal manera que las expresiones “varón y masculino podrían, con la misma facilidad, designar un cuerpo tanto femenino como masculino, y mujer y femenino designar uno masculino con la misma facilidad que uno femenino”.[3]
Lo curioso es que el mandato de California afirma que “La instrucción y los materiales no pueden enseñar o promover doctrina religiosa alguna”. En realidad, lo que tendría que decir es que no se puede enseñar ningún otro dogma que el de la ideología de género, porque tales afirmaciones y presupuestos filosóficos sobre el género no tienen ningún fundamento científico, sino que están fundados en una especie de fe ciega e irracional que niega lo que la evidencia empírica nos demuestra.
Lo curioso es que cuando uno saca esto a la luz, se lo acusa de dogmatismo religioso… Y la dirección totalitaria que esta ideología está tomando va a tener repercusiones no imaginadas para la familia. En Ontario, Canadá, por ejemplo, la ley 89 (Bill 89) permite que el estado se apropie de niños cuyos padres no están de acuerdo con las políticas e ideologías LGBT, y establece que las agencias gubernamentales prohíban a parejas con convicciones similares el adoptar niños.
Y atentos. No basta con simplemente ser pro-LGBT. Cualquier omisión de celebración del género y puesta en práctica de las propuestas LGBT se enfrenta rápidamente a acusaciones de odio, fanatismo, fóbica o la palabra clave: fundamentalista religioso.
La disforia de género es un grave problema de salud mental, y como lo he afirmado en otros artículos,tiene una enorme tasa de deserción: Hasta el 95% de los niños y jóvenes que dicen estar inseguros de su propia sexualidad al llegar a la edad adulta la superan. Pero el transgénero es un sistema de creencias que cada vez más se asemeja a una religión de culto, a un tipo de gnosticismo moderno que niega la realidad física por una percepciones falsa de la propia identidad. Y lo que es peor, esta ideología está siendo forzada por el Estado en contra del público en violación de los más básicos derechos humanos. La ideología del género es un credo intolerante, y sus dogmas exigen el sacrificio no sólo de los derechos de conciencia sino también de la atención que se necesita desesperadamente para niños y adultos con problemas de disforia sexual y de género. A fin de cuentas, todos somos víctimas, pero algunos más que otros.
[1] Cf. https://www.cde.ca.gov/ls/he/se/
[3] Butler, Gender trouble: feminism and the subversion of identity, 6.
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El presente artículo está basado en mi próximo libro “Ideología de género y educación sexual”. El libro está basado en más de 800 artículos científicos sobre el tema. Los expertos consultados se cuentan entre las autoridades más importantes en el mundo científico en los campos de la genética, psiquiatría, endocrinología, epidemiología, epidemiología psiquiátrica, neurología, neuroinmunología, genética, biología, pediatría, medicina interna, y sociología. También han sido consultados multitudes de personas víctimas de la ideología de género, y sus testimonios trágicos verán por primera vez la luz en estas páginas. A ellos y sus familias van dedicadas estas páginas, porque debemos encontrar un camino para aliviar su sufrimiento.
Estamos viviendo la imposición de una ideología que quiere pasar por encima de la conciencia personal y la razon.La lógica,la naturaleza,la misma biología,la genética y el sentido común nos dice que nacemos con un sexo.Somos seres sexuados.EL SEXO NO SE ELIGE
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