Seamos honestos. La Navidad y el Año Nuevo, aunque es una época de felicidad y alegría, para muchas familias es sinónimo de peleas, discusiones, malos recuerdos, heridas no superadas… No somos perfectos y como los defectos causan fricción, es normal que a veces las “fiestas” sean sinónimo de “problemas”, o la ocasión para que un pariente se vengue, o que la abuela le tire toda la bronca acumulada a la nuera que nunca aceptó… Además, cada uno cría a sus hijos de manera diferente y hay métodos más efectivos que otros e incluso están los que ni siquiera “educan” a sus hijos. Esto generalmente causa envidia en los padres más “despreocupados” en la formación de sus hijos y van a buscar cualquier oportunidad para atacar a los niños “privilegiados”. Y está la política… En toda familia, hasta en las más buenas, está el pseudo político, el vividor del Estado, el hijo resentido que nunca maduró, que vivió de otros y, ahora que el abuelo está muerto, busca su apoyo en algún grupo social… y así es fácil que la cosa explote… ¡Ay navidad, tiempo santo donde nos juntamos y por poco no estalla la tercera guerra mundial!
Escribo esto porque hace unos días me llegó esta consulta:
«Pablo, te escribo porque se acercan la Fiestas y, tradicionalmente, vamos a la casa de mis suegros para Navidad y a la de mis padres para Año Nuevo. Te voy a ser sincera, pienso en las Fiestas y comienzo a temblar. Me dan ganas de vivir en Marte y tener una excusa para no ir a ningún lado porque… ¡siempre es para problemas! ¿Tenés algún consejo para darme, que mi marido se ha leído todos tus artículos y libro y ve todos tus videos y te aprecia mucho?»
Hace unos días, investigando estadísticas de psicología forense para el libro que estoy escribiendo sobre “La mentira del patriarcado”, me encontré con un dato interesante en un estudio que acaba de salir publicado: la época donde ocurren más homicidios durante el año es justamente entre navidad y año nuevo…[1] Y a la policía le llegan el número más alto de llamadas por peleas familiares justamente durante esta época también.[2]
Las Fiestas puede ser algo estresante para uno, por la preparación que requiere, porque a veces no hay dinero, porque son tantas las actividades que se acumulan por ser fin de año, porque uno se encuentra con parientes que es “mejor evitarlos que encontrarlos”… Y por eso les comparto esta guía que puede ser de ayuda durante este tiempo ya que la salud mental es importantísima. CONSEJOS:
- Valórate a ti mismo y a tu tiempo. Todos nos merecemos que nos traten bien y con respeto. Si las personas que te rodean no te aprecian ni te respetan, ni a tu familia ni a nadie, pregúntate si realmente quieres pasar tiempo con ellos o por cuánto tiempo. Nunca pierdas la libertad de elegir qué hacer, con quién y cuándo. El tiempo es algo precioso que no vuelve más, y si no valoras cómo lo empleas, nadie lo hará por ti tampoco. Siempre es mejor rodearse de personas que te fortalezcan en lugar de derribarte. ¿Te imaginas cómo cambiaría tu vida si pasaras tu tiempo exclusivamente con personas que te valoren y aprecien de verdad?
- El mejor criterio a la hora de tomar decisiones es ¿Qué es lo mejor para mí aquí y ahora? A veces ciertas normas y costumbres sugieren que “se supone” que se debe pasar el tiempo con los familiares y que, si no lo haces, algo está “mal” con uno mismo. Pero eso no es así en realidad ¿Qué pasa si es un sistema familiar tóxico, donde las relaciones familiares son abusivas y tus familiares y parientes te hieren constantemente? Por eso es importante poner límites, incluso y especialmente durante las fiestas, ya que es un tiempo para alegrarse, no para sufrir, independientemente de si los parientes lo entienden o no. Allá ellos. Limitar el tiempo con personas tóxicas es un acto valiente y necesario para la salud mental.
- Es importante conocer cuáles son las situaciones que me llevan a “explotar”. Y luego tenemos que descubrir cuáles son esos factores que desencadenan una explosión y saber anticiparlos para que no ocurran. Esos “disparadores” pueden ser una situación o evento difícil, una palabra, un gesto… Todos tenemos algún disparador que nos llena de bronca: puede ser la suegra que se está metiendo en tu matrimonio, cómo tus hermanos apañan a su hijo drogadicto, tu cuñada que no te puede ver y siempre le susurra cosas sobre ti a los demás, el tío que jamás ayuda con nada y se hace el distraído, los parientes que se “olvidan” siempre de traer algo, o cómo tu prima mete los dedos en la comida de navidad… Es importante siempre estar un paso por delante de los factores desencadenantes sabiendo: a) cuáles son, b) las emociones que surgen, c) cómo puede uno cuidarse mejor y d) cómo planea responder ante una eventual situación. ¿Sabías que estar preparado para una situación estresante lo hace menos estresante cuando ocurre e incluso nos permite tener la situación totalmente bajo control?
- Con relación a los disparadores, es importante hacer una lista de estrategias para enfrentar ciertas situaciones. Es decir, hacer cuatro columnas en un papel: en una escribo cuáles son las cosas que potencialmente me harían explotar, en la segunda describo las emociones que surgen, en la tercera describo cómo querría reaccionar para que no me afecte tanto y en la cuarta diseñar una lista de estrategias para enfrentar esa situación apropiadamente. Por ejemplo, tus suegros se llevan a tu esposo a una esquina y obviamente le están hablando de vos (situación posible porque ha ocurrido antes y te hace explotar de furia). Entonces escribir esa situación, las emociones que surgen, luego escribir cuál sería la mejor reacción tuya (mantenerte calma) y la estrategia para enfrentar la situación (por ejemplo, acercarme con una sonrisa enorme y comentar “qué lindo es ver a los padres que se preocupan por su hijo, ¿hay algo en que pueda ayudarlos?”). No solamente vas a mantener el control de la situación y no vas a llenarte de tanta furia, sino que los suegros van a tener tanta vergüenza que van a ser los corderitos más mansos que hayas visto por el resto de la noche y eso te va a dar la satisfacción personal de victoria (este es un caso real de cómo una persona actuó siguiendo estos consejos).
- Una vez que se hayan identificado bien los disparadores y las estrategias, tomar decisiones claras y concretas para que puedas pasarlo lo mejor posible y comunícalas con quienes sea necesario (esposo, hijos, parientes, etc.) para así poner límites de antemano. Por ejemplo: Tal vez lo mejor es que los suegros vengan una vez que está todo listo para sentarse a la mesa, porque si vienen a “ayudar” va a ser para problemas. O el pariente que lleva a la mascota para todos lados y no puedes ver un animal en tu casa, entonces prevenir y decir claramente que prefieres que dejen al perrito en casa… Además, ¿Cuánto tiempo quieres pasar con la familia? ¿Con amigos? ¿Solo? (No olviden la importancia de también pasar tiempo a solas, lo necesitamos todos). ¿Y si en realidad preferís no pasar el tiempo con familiares y en cambio cenar con amigos porque será lo mejor? Cada ser humano tiene límites diferentes y tenemos derecho a establecer esos límites en razón de la salud mental. Por eso es importante identificar esos límites y comunicarlos de manera clara y amable por el bien personal y familiar.
- Por último, aprender a decir “NO”. Para algunas personas es muy difícil decir no, aunque saben que sería lo mejor. ¿Qué hacer? Practicar decir no. Esto se hace confeccionando una lista en un papel donde describo situaciones posibles y cómo respondería para dar una negativa. Recuerden que estar preparado de antemano es la mejor estrategia. Si no puedes decir “no”, entonces busca otras palabras: “déjame pensarlo”, “tengo que ver mi calendario”, “debo coordinar varias cosas primero”, “te contesto más tarde”, “ya tengo planes lamentablemente”. Es muy provechoso el hacerse un “menú” de respuestas negativas para poder usarlas a la mayor conveniencia, que vayan de las negativas más suaves a la negativa más fuerte. Así, vas a estar listo para usar la respuesta apropiada cuando tengas que decir que “No, gracias”. El saber recurrir a límites te hace más fuerte y de paso das un mensaje del respeto que otros te tienen que tener. Después de todo, los límites son necesarios para toda buena relación.
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[1] Cf. Baird, A., D. While, S. Flynn et al. “Do homicide rates increase during weekends and national holidays?”, The Journal of Forensic Psychiatry & Psychology, 2019, 30, no. 3, pp. 367-380.
[2] Cf. Rotton, J. y J. Frey. “Air pollution, weather and violent crimes: Concomitant time-series analysis of archival data”, Journal of Personality and Social Psychology, 1985, 49, 1207-1220.
Gracias, hno.
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Ah …¡que hermosa estaba la capilla de adoración Eucarística el veinticuatro a la noche!!!
la navidad como mejor se vive es siguiendo la liturgia desde que comienza el adviento, ir al Sagrario, capilla de Adoración, misa y rosario. Si la mayoría le prestaría atención a lo más importante Dios pondría paz en sus familias, practiquen la devoción de los nueve primeros viernes o los cinco primeros sábados y verán, es una promesa.
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