En las noticias deportivas de Argentina, se celebró en los últimos días la «inclusividad», el hecho de que un hombre autopercibido mujer ahora va a jugar en la liga de fútbol femenino. Para colmo de males, el susodicho jugador afirmó que «la diferencia física [entre el hombre y la mujer] no es real». ¿Es así realmente?
En mi libro “Atrapado en el cuerpo equivocado”, queda claro por qué la ideología de género es un gran ataque a la mujer. Ahora bien, uno de los últimos ataques de la ideología de género contra la mujer es por medio del deporte. Distintas asociaciones ya reconocen la autopercepción como criterio para competir en eventos femeninos, para desgracia de la mujer, ya que las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer son muy grandes como para poder competir en iguales condiciones. Esto es lo que ocurrió en una lucha de artes marciales mixtas (MMA) cuando un hombre llamado Fallon Fox, quien se autopercibe como mujer, compitió contra una mujer en el 2015 y la hirió brutalmente en el primer round.

La ideología de género afirma que uno se constituye en un género determinado por la propia autopercepción y nadie puede imponerle o asignarle el género. Para la ideología, el sexo biológico es impuesto por los padres al nacer y por lo tanto uno se tiene que liberar de la tiranía de la biología. Esto evidentemente no tiene nada de científico, afirmando, por ejemplo, que uno nace atrapado en el cuerpo equivocado. Esta es tal vez la afirmación más popular de aquellas esgrimidas por la ideología del género, pretendiendo hacer creer que la persona “real” es de un género o sexo distinto al que indica el cuerpo. Esta noción de estar “atapado en cuerpo equivocado” no tiene ningún fundamento científico, pero se usa como slogan por el simple hecho de que corresponde con la creencia de muchos transexuales, los cuales encuentran en esta frase el “argumento” que necesitan para adquirir legitimidad cultural con respecto a su pretendida “identidad de género”.
Y cuando de deporte se trata, los principios de la ideología de género dictan que el criterio para competir es la propia autopercepción o identidad de género, dejando la biología de lado. Es así que hombres mucho más desarrollados compiten contra mujeres en injusta desventaja.
La gran tenista Martina Navratilova ha estado en el centro de la tormenta por sus comentarios “transfóbicos” al afirmar con total sentido común que “mujeres” trans tienen una ventaja injusta sobre otras atletas mujeres y, por lo tanto, esto equivale a “hacer trampa”.
Varios estados de los Estados Unidos ya permiten que estudiantes de escuela secundaria compitan según el género de preferencia y el NCAA, la asociación que rige las competencias deportivas en dicho país ya tiene reglamentos “inclusivos”, obviamente que para prejuicio de la mujer. Esto es lo que se vio en el estado de Connecticut, donde los competidores “trans” Terry Miller y Andraya Yearwood han terminado con el primer y segundo puesto en todas las competencias de atletismo femenino en dicho estado en los 50, 100, 200 y 300 mts.
El Comité Olímpico Internacional también se ha adherido a la ideología de género desde el 2003, requiriendo a partir del 2016 que como condición los atletas “trans” deban haberse operado quirúrgicamente. ¿Qué dice la ciencia al respecto? Es un hecho científicamente establecido que después de la pubertad los cuerpos masculino y femenino son diferentes y, en general, el cuerpo del hombre es más grande y más fuerte que el cuerpo de la mujer. En todos los deportes físicos hay al menos un 10% de diferencia en el rendimiento entre los sexos y en algunos deportes es hasta del 30%. Por esta razón, la competencia deportiva siempre se ha dividido en categorías basadas en la biología. Esto es necesario para que la mujer pueda competir sin desventaja. No hay nada más inclusivo que este criterio biológico y nada mas exlusivo que el permitir que hombres compitan contra mujeres.
Contra esto se argumenta a favor de los competidores “trans” que estos tienen un nivel de testosterona mucho más bajo que el resto de la población masculina y que, por lo tanto, no es injusto que compitan contra mujeres. Pero esto no es tan así, porque aunque el nivel de testosterona de una persona “trans” sea bajísimo (23nM), es todavía muchísimo más alto que el promedio de una mujer atleta (1nM), es decir ¡23 veces más alto!
Los medios remarcan y celebran una y otra vez la noción popular y simplista, además de errónea, sobre la identidad de género: que aquellos que padecen disforia de género tienen “una mente de niño en un cuerpo de niña” o viceversa y por lo tanto están literalmente “atrapados en el cuerpo equivocado”. Estos medios celebran la gran virtud de la inclusión y diversidad, como cuando se acepta que hombres disfrazados y no tan disfrazados de mujeres compitan en eventos deportivos femeninos. En estos casos la que pierde es siempre la mujer. ¿Por qué será que el feminismo apoya estas aberraciones si supuestamente lucha por la mujer?
Para la ideología de género el sentimiento subjetivo de pertenecer al género opuesto no puede ser cuestionado por nadie. Esta nefasta idea ha llevado a los ideólogos del género y activistas LGBT a imponer leyes que se enfocan en la reafirmación de esas tendencias, promoviendo leyes en favor de la “igualdad de personas transgénero”, de tratamientos médicos y quirúrgicos pagados por obras sociales públicas y por el acceso a todos los roles y privilegios públicos basados en el sexo de la persona. Es así que, si el “trans” se considera mujer, se le permite competir en eventos deportivos femeninos para desgracia de las mujeres, ya que están compitiendo realmente contra un varón, como ocurrió el 15 de octubre de 2018 cuando Rachel McKinnon, un hombre transexual canadiense, ganó el campeonato mundial femenino de ciclismo de pista. Cuando otras competidoras se quejaron de la injusticia, la Federación Internacional de Ciclismo las amenazó de suspenderlas por discriminación y “transfobia”.
Caso parecido es el de Laurel Hubbard, quien ganó medalla de oro en pesas en el abierto de Australia en el 2017 y es el favorito ¿o favorita? para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020…
Otro caso paradigmático de desventaja es el de Hannah Mouncey, un australiano que compitió en la selección nacional masculina de handball hasta que en el 2016 se autopercibió como mujer y automáticamente pasó a formar parte de la selección femenina… Las fotos hablan por si solas de la injusticia que se le hace a la mujer.
En Argentina, por ejemplo, una ley sancionada en la provincia de Buenos Aires establece que en toda competencia deportiva, tanto amateur como profesional, cualquiera podrá inscribirse y participar con el “género” en el que se autoperciba, sin necesidad de documentación alguna que lo acredite. La gobernadora Vidal, por ignorancia o malicia, demostró estar en contra de la mujer y a favor de la ideología de género no solamente al promulgar la norma, sino también al alentar dicho proyecto, el cual salió del Poder Ejecutivo (Secretaría de Deportes).
¿Será que le están dando una oportunidad a Messi para que gane una copa del mundo o para que Higuaín finalmente meta un gol? Tal vez, pero la que siempre pierde en estos casos es la mujer.
Esto nos demuestra que la llamada “perspectiva de género” es totalmente ideológica y sin fundamentos científicos y tiene como resultado la destrucción de nuestra sociedad y las cosas buenas que tenemos, tales como el deporte. Tenemos que frenar esta locura antes que la ideología de género tome por completo todas las instituciones de nuestra sociedad. Hay que formarse bien para que no nos engañen más, por lo que los invito a leer mi nuevo libro “Atrapado en el cuerpo equivocado: la ideología de género frente a la ciencia y la filosofía”, donde demuestro como la ideología de género y el feminismo radical buscan destruir a la mujer.
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Me pareces profundamente reflexivo, MUY OBSEVADOR, MUY BUEN ESCUCHA, …., CLARO EXPOSITOR DE TUS EVALUACIONES Y ENTUSIASTA ESTIMULADOR DE APRENDER CADA VEZ MAS PARA AYUDAR AL QUE NO SABE..¡¡¡¡.TE FELICITO!!! ES MI OPINION A TRAVES DE LOS WHATSAPPS QUE ME ENVIASTE…
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Hola! Es interesante el caso de Caster Semenya también, la obligan a reducir sus niveles de hormonas aunque sea mujer para poder competir en categoría femenina, entonces esto ya no va de ideología de género, va que en lugar de competir en la categoría acorde al ADN, se compite según se les antoje regular los niveles de hormonas permitidos.
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El caso ese no es tan así. No se han hecho públicos los resultados del test cromosómico, pero posiblemente Castor sea hombre y por un trastorno de desarrollo sexual nunca desarrolló genitales masculinos.
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El feminismo radical es el único que se mantiene crítico respecto al género y las leyes trans. Infórmate.
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Pues hoy en día quienes representan al feminismo radical son la minoría. El feminismo hegemónico es el feminismo de género.
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