Me he encontrado ante esta pregunta en varias ocasiones, lo cual me llevó a leer más del tema para tratar de entender a todo aquel que haya pasado por una situación semejante.
Si el trauma ha sido serio, esto causa que la amígdala crezca (la amígdala produce ansiedad), y que el hipocampo se contraiga (el hipocampo inhibe a la ansiedad). Esta combinación de efectos tanto en la amígdala como en el hipocampo tiene como consecuencia que la persona traumada por cierto evento permanezca más o menos sensible a la ansiedad y el dolor.
El hipocampo puede volver a la normalidad, crecer y lograr su tamaño normal, posiblemente a medida que la persona entienda la causa de eventos que llevaron al trauma, y aprenda a cómo evitar estas circunstancias en el futuro. La amígdala, sin embargo, no parece poder volver a su tamaño original.
Los antidepresivos ayudan a que el hipocampos se recupere, pero es algo que un psiquiatra debe determinar.
Esta respuesta es por supuesto una simplificación, pero es acertada en cuanto es posible con tan pocas palabras.
Una manera de descubrir la causa del trauma es revivir internamente todo lo que ocurrió, una y otra vez, hasta que tengamos un dominio total de todo lo ocurrido, nuestra no culpabilidad en ello, y cómo evitarlo en el futuro. De hecho, uno de los modos más eficientes para superar traumas de violación, por ejemplo, es que la víctima reviva una y otra vez en detalle los hechos, lo cual la lleva a tener un dominio de la situación y de lo que pasó. Y esto por la escritura, es decir, poniendo por escrito en cada sesión todo lo que pasó. Una y otra vez, hasta que el miedo y la culpa hayan dejado por completo al paciente.