El debate que tuvo lugar ayer 1 de diciembre de 2021 en la Corte Suprema de los Estados Unidos dejó algo en claro: en junio, cuando la Corte anuncie la decisión mayoritaria, el acceso al crimen del aborto ya no será el mismo y, lo más importante, la Corte Suprema podría llegar a anular el precedente de Roe v. Wade (1973) y Planned Parenthood v. Casey (1992), con la consecuente de que el aborto ya no sería ley en los Estado Unidos o, al menos, no tendría precedente legal a nivel federal y quedaría en manos de cada estado la decisión al respecto, por lo que inmediatamente muchísimos de los estados impondrían prohibiciones legales del mismo.
El día de ayer se presentaron los distintos argumentos a favor y en contra de una nueva ley de Mississipi que prohíbe el aborto después de la 15ta semana de gestación. El caso llegó a la Corte Suprema de la mano del mismo Estado de Mississippi, reclamando que ningún juez tenía la autoridad de bloquear esta decisión estatal. El nombre del caso, Dobbs v. Jackson Women’s Health, se debe a que Thomas Dobbs es el actual ministro de salud del estado de Mississippi y fue demandado por la clínica abortista Jackson Women’s Health.
La cuestión principal del caso se divide en tres puntos claves:[1]
- Si toda prohibición del aborto electivo previa a viabilidad extrauterina del feto es inconstitucional.
- Si la validez de toda ley sobre la previa viabilidad que proteja a la salud de la mujer, la dignidad del niño no nacido y la integridad de la profesión médica y de la sociedad debería ser analizada bajo el principio de “carga excesiva” del caso Casey (1992) o bajo el principio de “equilibrio de beneficios y cargas” del caso Hellerstedt (2016). [Más abajo resumiremos dichos casos].
- Si los proveedores de abortos tienen legitimidad para invalidar una ley que protege la salud de la mujer ante los peligros que significa un aborto tardío.
En Roe v. Wade (1973), una mayoría de 7 contra 2 del Tribunal Supremo afirmó que el derecho ha abortar sí existía en la Constitución de los Estados Unidos, por lo que la Corte declaró que la criminalización del aborto por parte de Texas era inconstitucional. Sin embargo, es importante notar que el fundamento hacía referencia al derecho a la privacidad de la mujer otorgado por la Enmienda 14ta y reconociendo que dicho derecho solo aplicaba antes de la viabilidad del feto (en ese momento se consideró la semana 24), y si en algún momento se determinaba que el feto es una persona, entonces todo el argumento proaborto caería completamente.[2]
En 1992, en Planned Parenthood v. Casey, una simple mayoría de 5-4 reafirmó lo mismo y especificó que el derecho al aborto presente en la Constitución prohibía cualquier “prohibición del aborto” antes de la “viabilidad” extrauterina (aproximadamente 22 semanas después de la concepción). Es decir, ningún Estado podía restringir el aborto antes de la semana 22, tal como lo hizo recientemente Texas con la ley del latido del corazón (semana 5). El problema con dicha sentencia es que, en vez de cuestionar los falso y erróneos argumentos de Roe v. Wade, simplemente se aplicó la doctrina de que se respeta lo decidido (stare decisis).
En el caso Whole Woman’s Health v. Hellerstedt (2016), la Corte Suprema dictaminó que dos restricciones al aborto en Texas eran inconstitucionales porque tendrían como consecuencia el cierre de la mayoría de las clínicas abortistas en el estado y causarían a los habitantes que quieran hacerse un aborto una “carga excesiva” para acceder a un aborto legal.
Ahora, en el presente caso titulado Dobbs v. Jackson Women’s Health (2021-2022) la cuestión de la inconstitucionalidad de la prohibición del aborto se vuelve a presentar nuevamente ante la Corte debido al estatuto de Mississippi que prohíbe expresamente el aborto de seres humanos que han alcanzado 15 semanas después de su concepción. El problema legal en cuestión es que esta prohibición estatal es claramente irreconciliable con la decisión del caso Planned Parenthood v. Casey y la de Roe v. Wade, por lo que el caso llegó a manos de la Corte Suprema.
En este caso particular es improbable que la mayoría de los jueces sentencie que un estado no tiene potestad de limitar el aborto en su territorio, salvo, claro, que ese juez tenga motivaciones puramente ideológicas. Por lo tanto, nadie espera de hecho que los jueces tiren por tierra la ley de Mississippi. Sin embargo, si la respuesta es en favor del estado, los jueces deberán confrontar la realidad de que no hay una salida intelectualmente honesta para sostener a la vez tanto a la ley de Mississippi como a Roe v. Wade y Planned Parenthood v. Casey, el caso de 1992 que reafirmó el derecho constitucional al aborto. La honestidad intelectual exige que se anulen dichas sentencias.
Desde la defensa legal próvida, entonces, se vislumbra la posibilidad real de que, si la Corte Suprema le da la razón al estado de Mississipi, esto implicaría que se debe anular la decisión alcanzada en Planned Parenthood v. Casey y, en consecuencia, la misma decisión de Roe v. Wade. El profesor Sherif Girgis, de la Facultad de Leyes de la Universidad de Notre Dame, por ejemplo, concluye en un artículo de opinión publicado en el The Washington Post que la Corte debe “eliminar los precedentes” y simplemente “anular” a ambos casos.[3] Esto es porque Roe v. Wade prohíbe que se prohíba el aborto antes de la semana 24, por lo que de sostener el presente caso (Dobbs), se debe anular todo precedente anterior. Así como Planned Parenthood v. Casey reemplazó a Roe v. Wade, entonces Dobbs v. Jackson Women’s Health será la palabra final sobre la cuestión del aborto en materia de derecho constitucional, reemplazando todo precedente.
Y no habría problema en eliminar dichos precedentes. Michael Paulsen, profesor de leyes de la University of St. Thomas, ha clasificado la decisión de Planned Parenthood v. Casey como “la peor decisión constitucional del Tribunal Supremo de todos los tiempos”.[4] Y en cuanto a la doctrina de stare decisis (dejemos las cosas ya decididas), Paulsen la llama una “doctrina perniciosa”, ya que fue la aplicación de este principio la que hizo que en Planned Parenthood v. Casey no se anulara la sentencia de Roe v. Wade, a pesar de que desde el punto de vista legal esta sentencia de 1973 era una farsa.
Ciertamente que no todos los jueces de la Corte Suprema estarán a favor del estado de Mississippi, pero es claro que quienes favorecen al aborto dentro de la Corte Suprema no tienen más que una posición totalmente ideológica y sin fundamento. Por ejemplo, la jueza Sonia Sotomayor dio a entender en la audiencia del 1 de diciembre de 2021 que no ha habido avances en los campos de la medicina maternal y fetal en los últimos 50 años (¡!!!).[5] Incluso cuestionó que el feto sienta dolor antes de la semana 25 y que la minoría de doctores que creen en eso no tienen fundamentos científicos para probarlo… Y aun peor, dio a entender que el feto debe ser considerado como muerto antes de la semana 25, pero mejor dejar que esta bestialidad de afirmación suene con sus propias palabras:
Prácticamente todos los estados definen una muerte cerebral como muerte. Sin embargo, la literatura [científica] está llena de episodios de personas que están completa y absolutamente muertas cerebralmente y aun así responden a estímulos. Si a alrededor del 40% de los muertos les tocas sus pies, el pie retrocederá. Hay actos espontáneos de personas con muerte cerebral. Así que no creo que una respuesta con movimiento de un feto necesariamente demuestre que hay una sensación de dolor o que hay conciencia.[6]
Jueza Sonia Sotomayor
Más allá de la posición ideológica de Sotomayor, estamos ante un caso importantísimo en la historia constitucional de los Estados Unidos ya que por primera vez en 30 años hay una posibilidad real de que el Tribunal Supremo anule tanto a Roe v. Wade como a Planned Parenthood v. Casey.
La Corte decidirá el caso posiblemente en junio de 2022 y tenemos enormes esperanzas sobre el mismo por una simple razón: Hoy en día todos los expertos en derecho constitucional coinciden en que la sentencia de Roe v. Wade es totalmente indefendible ya que de ninguna manera significó una interpretación fiel a la Constitución. Y este es un punto en el que la mayoría de los jueces que conforman a la Corte Suprema están de común acuerdo. En otras palabras: Roe v. Wade es una aberración legal y todo el mundo lo sabe. ¿Por qué se creen que los directivos de Planned Parenthood están desesperados?
Entonces, ¿qué hará la Corte Suprema? Debido a que una sólida mayoría de los magistrados que conforman la Corte Suprema ven claramente que Roe v. Wade fue una flagrante desviación del texto constitucional, no hay prácticamente duda de que seis de los nueve jueces en ejercicio votarán a favor de Mississippi: Clarence Thomas, Samuel Alito, Neil Gorsuch, Amy Coney Barrett, Brett Kavanaugh y el presidente del Tribunal Supremo John Roberts.
Finalmente, y a modo de anécdota, el argumento más potente contra la doctrina de stare decisis (no cambiar las cosas ya decididas) fue el de una joven profesora de la Universidad de Notre Dame hace 17 años, que demostró que dicha doctrina es inconstitucional porque vulnera los derechos procesales de las partes en el segundo caso en cuestión. Esa joven profesora de entonces es hoy la jueza de la Corte Suprema Amy Coney Barrett.[7]
Para el momento de la sentencia habrán pasado casi 50 años de Roe v. Wade, lo que nos enseña que jamás hay que bajar los brazos en la lucha por la vida y la familia.
[1] https://www.supremecourt.gov/DocketPDF/19/19-1392/145658/20200615170733513_FINAL%20Petition.pdf
[2] Cf. https://www.law.cornell.edu/supremecourt/text/410/113
[3] Girgis, Sherif. “There is no Middle Ground in the Mississippi Abortion Case. The Court must overrule ‘Roe.’”, The Washington Post Oct. 22, 2021, https://www.washingtonpost.com/opinions/2021/10/22/mississippi-abortion-case-supreme-court-must-overrule-roe/.
[4] Paulsen, Michael Stokes. “Repudiating Roe (Part II): The Pernicious Doctrine of Stare Decisis”, The Public Discourse, June 29, 2021, https://www.thepublicdiscourse.com/2021/06/76580/.
[5] https://s3.documentcloud.org/documents/21122957/dobbs-v-jackson-womens-health-transcript.pdf
[6] https://s3.documentcloud.org/documents/21122957/dobbs-v-jackson-womens-health-transcript.pdf pp. 20-21.
[7] Cf. Barrett, Amy Coney. “Stare Decisis and Due Process”, University of Colorado Law Review, 2003, 74, no. 3. https://scholarship.law.nd.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1421&context=law_faculty_scholarship
Oraciones para que los jueces décidan por la vida. Gracias Dr. Pablo, estaremos al pendiente.
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Somos ProVida 💙
de Por Vida ❤️
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Pablito. Lo que ha pasado con nuestro pequeno Lucio es inconcebible. Yo creo que este incidente ha llegado a lo mas profundo de nuestros corazones, Lo siento tanto como si hubiese sido mi propio hijo, nieto, bisnieto. Cuando recuerdo su carita se me salen las lagrimas. pero como dije mi Fe y Esperanza esta puesta en Cristo y tengo la firme conviccion de que Nuestro Senor Jesucristo lo ha recibido con los Brazos Abiertos y ahora esta disfrutando de Su Gloria y Su Amor por toda la Eternidad. Gracias Senor Jesus !!! Salmo 116: 15 y 31: 3
Gracias Pablito que Dios te bendiga a ti y al Pro-Life Team. Oramos por Uds. Y por el padre de Lucio, su abuelo y tio para que encuentren el consuelo y la paz en la Misericordia y el Amor de Dios. Jesus Is Lord Forever!!! ..💖😍😘
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Pablito es Jeremias 31:3
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