Desde el punto de vista de la ciencia y la medicina, los tratamientos hormonales y quirúrgicos para “transformar” y “acomodar” el cuerpo de una persona a sus sentimientos son simplemente un ataque a la salud integral de la persona, a su dignidad y a su derecho a recibir la atención adecuada. En vez de preocuparse y preguntarse qué es lo que está llevando a la persona a desarrollar un trastorno de la identidad personal, estos tratamientos lucran con la vida y psicopatologías de niños y adultos empujados por una ideología mortal.
Es por eso que, durante mis visitas a Congresos y Legislaturas provinciales y nacionales en Argentina, Costa Rica y Colombia (y próximamente en Chile y México), he instado a cantidad de legisladores a prohibir por ley aquellos tratamientos que la ciencia ha demostrado ser perjudiciales e incluso mortales para la persona humana. Para aquellos interesados en la literatura científica al respecto no tienen más que leer el capítulo 4 de mi libro Atrapado en el cuerpo equivocado, o este artículo sobre los peligros de la hormonización infantil y adolescente.
Un proyecto de ley digno de imitar acaba de ser introducido en el estado de South Dakota, en los Estados Unidos, por el legislador Fred Deutsch y apoyado por otros 46 legisladores del congreso estatal. Este proyecto de ley apunta a proteger a los niños de drogas, cirugías y tratamientos nocivos para su salud. No porque sí han llamado a esta (esperemos futura) ley como “Ley de protección de niños vulnerables” (Vulnerable Child Protection Act), la cual tiene como primera intención el proteger a niños que se cuestionan su identidad o padecen algún trastorno de cualquier intervención médica que apunte a “transformar” esos niños en algo que no son.
En la conferencia de prensa el día que presentó el proyecto, el legislador afirmó con gran sensatez:
«Todos los niños en Dakota del Sur deben estar protegidos de medicamentos y tratamientos peligrosos. La solución para niños que se identifican con el sexo opuesto no es envenenar sus cuerpos con grandes dosis de hormonas equivocadas, o castrarlos o esterilizarlos química o quirúrgicamente, o extraerles mamas y órganos reproductivos saludables. La solución es la atención compasiva, lo cual no incluye la alteración catastrófica e irreversible de sus cuerpos”.
Como se afirmó en el libro Atrapado en el cuerpo equivocado, ningún estudio científico ha demostrado que estos medicamentos y procedimientos sean seguros para los niños y, además, sí han demostrado que se realizan un daño permanente en estos niños. Sin embargo, con frecuencia los padres reciben información inexacta, incompleta y, a veces, falsa sobre los peligros de estos tratamientos. No hay más que ver las páginas web de quienes están promoviendo dichas terapias para constatar cómo afirman mentirosamente que estos tratamientos “no tienen efectos negativos”. Tal es el caso de la Fundación Huésped en Argentina, que miente descaradamente sobre el peligro de estos tratamientos (claro, ¡porque son justamente ellos quienes promueven estos tratamientos!). Por ejemplo, en la página web afirman estas barbaridades:


Pero esto no es así como han demostrado la cantidad de estudios científicos citados en este artículo sobre los peligros de la hormonización infantil y adolescente.
A los padres se los engaña, porque claro, como no tienen generalmente formación científica, fácilmente les hacen creer que estos tratamientos están bien estudiados, son seguros y, lo peor, que son necesarios para el niño. Se les advierte, por ejemplo, que, si no proceden al tratamiento médico, su hijo estará en un gran riesgo de cometer suicidio y es por eso que dichos tratamientos son por la “salud” del niño. Pero esto no es así. Científicamente está comprobado que son las mismas terapias hormonales ¡las que conducen al suicidio! Como puede leer en este triste testimonio de una activista transexual de New York.
Además, ¿desde cuándo la castración, las histerectomías, los bloqueadores de la pubertad y las altas dosis de hormonas son tratamientos para problemas psicológicos? ¡El planteo ya es en si mismo totalmente falso, porque reviste un grosero error conceptual! Es como pretender tratar un problema intestinal ¡con un corte de pelos! Esto es un planteo ilógico por donde se lo mire.
Es por eso que en todos los países es necesario el promover y aprobar leyes como la Ley de Protección Infantil Vulnerable, ya que un número cada vez mayor de personas que realizaron la llamada operación de “reasignación de sexo” o se sometieron a tratamientos hormonales ahora se lamentan por la decisión que tomaron.
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