EL 1 de Octubre el Arzobispo de La Plata, Mons. Víctor Manuel Fernández, publicó en el diario La Nación una nota de opinión que dejó mucho que desear, especialmente teniendo en cuenta que uno de los oficios como obispo es el enseñar. Esta nota confunde, sin lugar a dudas. Si bien la intención conciliadora del obispo no es algo que se pueda cuestionar, sin embargo hace referencias a términos ideológicos que arruinan su intento conciliador. No hay más que notar la referencia a la «igualdad» proclamada por la Revolución Francesa, que en su nombre asesinó a miles de personas en lo que se llamó el «Reino del terror». Pero aparte, Mons. Fernández pregona errores gravísimos en lo histórico y hace un uso imprudente de vocablo imbuido en ideología: dominio machista (patriarcado), orientación sexual, sociedad inclusiva…
Un gran maestro me enseñó que si alguien lo había dicho mejor, hacerle el honor y no tratar de repetir con palabras que rebajen el mensaje. Por eso, acá comparto críticas que me parecieron de gran valor.
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Comentario del historiador y jurista Dr. Enrique Díaz Araujo sobre el artículo publicado por el Arzobispo de La Plata, Mons. Víctor «Tucho» Fernández, en referencia al próximo encuentro de mujeres autoconvocadas
(Diario La Nación, Buenos Aires, 1°-10-19)
La reunión de estas personas en La Plata reitera la que en años pasados han realizado en otras ciudades del país, con características muy definidas y con filmaciones difundidas profusamente. De dichas imágenes las más llamativas son las que muestran grupos de estas mujeres con sus pechos desnudos refregados contra la cara de de los católicos alineados en defensa de los respectivos templos. Además de otra serie de injurias tales como las de arrojar bolsitas plásticas llenas de excrementos y orina, lo que nunca ha merecido reprobación ni pedidos de disculpas del resto de las organizadoras del suceso.
Comenzamos por anotar lo antedicho porque Su Exc. Rev. No parece haber visto esas escenas cuando indica que se trató de actos de un enriquecedor “debate público”.
Como fue, es claro, que el punto de partida de estas organizaciones es el de la igualdad. Las une –dice Ud.-“el sueño de una verdadera igualdad” contra “el dominio machista”.
Anti-“machismo” que nada hace suponer que se fundamente en las Sag. Escrituras.
En cambio, todo indica que nace de la utopía iluminista, festejda durante la Revolución Francesa con la diosa Razón.
Quimeras antinaturales y anticristianas condenadas de inmediato por la Iglesia Católica.
En las últimas épocas tal igualitarismo se ha asociado a un feminismo radical que en nada se asemeja a los genuinos derechos de la mujer.
En particular ese reclamo apunta a la despenalización del crimen del aborto.
La agitación de los pañuelos verdes es una exhibición de su actitud contra la vida de las personas por nacer.
“Sé que algunas que participarán no están a favor del aborto”, asegura V.Exc. Sería provechoso que se publicaran los nombres de esas señoras poco conocidas.
Hay un capítulo histórico en la carta de V.Exc. que mueve a la reflexión…
Ud. pide una “autocrítica” a los miembros de la Iglesia. En especial, cita el caso de “curas que toleraban los excesos (de la conquista de América) y decían que los aborígenes no tenían alma”.
Desde antes del 2° viaje de Colón, por el testamento de la Reina Isabel y por el Consejo de 1515, nadie, que se sepa, ignoraba en España, la condición humana de los nativos.
Claro que Monseñor se apoya en los dichos del P. Bartolomé de las Casas, famoso mixtificador y falsificador de la obra de España en América, como lo acreditó don Ramón Menéndez Pidal.
El dimisionario obispo de Chiapas, en su monodeísmo pensaba que los cumanagotos que se comieron a los frailes que él mismo envió a Cumaná o los charrúas que se devoraron a Juan Díaz de Solís eran “mansas ovejas”.
V.Exc. abrocha la exaltación de las Casas con una cita del stalinista pablo Neruda, candidato presidencial del P.C. en Chile.
No nos vamos a detener en la expresión de Ud. de que los templos son “lugares que son del pueblo”, cuando antes de eso son lugar sacros consagrados al Altísimo.
Sí, nos detendremos un momento en sus afirmaciones contra la resistencia cristiana: “Ruego a todos los católicos que eviten cualquier forma de agresión verbal y toda iniciativa que termine siendo provocativa”.
Rechaza todo acto que se manifieste como “una contraofensiva, lo cual sería inútil, ineficaz e imprudente”.
En cierto modo, alguien podría inferir que esas palabras niegan el derecho de los cristianos a resistir como lo han hecho los santos y los mártires.
Quizás, por esa actitud, V.Exc. concluye elogiando a la “sociedad inclusiva” que reitera el sueño de que “brille mejor la igualdad entre todos los seres humanos”, pero no el de una sociedad que reconozca a Cristo Rey como el Dios verdadero.
¡Una lástima!
Adversus Tuchum o la respuesta de un fiel a un inaceptable comunicado de monseñor Víctor Manuel Fernández aparecido ayer en La Nación
Por Nazareno Miguel Demonte
Habiendo leído el día de ayer el cobarde y políticamente correcto comunicado de Monseñor Víctor Manuel Fernández, consulté a un sabio sacerdote sobre la conveniencia de salirle al cruce al obispo de La Plata. Tuve como respuesta una afirmación, pero con la aclaración de que esta vez había que hacerlo ya sin palabras: con los dos puños. Pero encontrándome lejos y sin posibilidad de tenerlo a tiro (con los puños, aclaro), vi más que conveniente escribir al menos unas pocas líneas. Líneas de un simple laico, padre de familia, contra una autoridad de la Iglesia que no habla el mismo lenguaje. No es mi intención analizar punto por punto el comunicado vergonzoso y humillante para la Iglesia y sus fieles. Sólo repudiarlo en bloque, espigando algunos pocos puntos.
Empezaré diciendo que a mí sí me interesa conformar a alguien (como también a Fernández le interesa, vamos, aunque diga lo contrario). Soy cristiano, y con mi vida, mis palabras y mis obras quiero conformar a mi Señor Jesucristo. (¿Usted no, monseñor? ¿Por qué dice lo contrario?) Sé que si lo reconozco frente a los hombres, Él me reconocerá a mí frente a sus ángeles (Lc. 12, 8-9). ¡Qué reconfortante certeza en este día!
El obispo de La Plata, casi al inicio nomás, arranca notando que con ocasión del próximo Encuentro Nacional de Mujeres Autoconvocadas “hay gente con miedo”. Le pregunto, monseñor: ¿no será usted el que tiene miedo? ¿Y no será ese miedo el que lo lleve a querer pensar que esas “hordas sedientas de venganza y destrucción” sean solamente “mujeres a quienes une un mismo sueño de igualdad” (!)? Y no puedo dejar de preguntarme si realmente estaremos refiriéndonos a lo mismo, o si monseñor Fernández estará tomándonos el pelo a la feligresía.
Sí, olfateo miedo a llamar a las cosas por su nombre. Miedo a las definiciones. Miedo del pastor a los lobos. Miedo a ejercer la autoridad, esa que le confirió Jesucristo para apacentar y defender a su rebaño. Miedo a la resistencia, pues expresamente la prohíbe, no sea que se interprete como agresión. ¿Se nos prohíbe la resistencia, en estos tiempos tan fieros? Sí, el arzobispo de La Plata se comprometió a “procurar evitar todo acto, movilización o expresión que se manifieste como contraofensiva” (¡menos mal que no nos prohíbe rezar! Aunque, claro está, esto deja manifiesto qué poca fe tiene monseñor en la plegaria, pues esta sería ya algo inofensivo, no un arma del cristiano). Pero, ¿en qué quedamos?¿Habrá una ofensiva entonces? Pues de otro modo no hablaría de “contraofensiva”. Pero no: todo eso sería “inútil, ineficaz e imprudente”, nos aclara. Como el testimonio de los mártires, le faltó rematar.
Es lamentable que monseñor Fernández se sume al discurso de los enemigos de la Iglesia en numerosos puntos. Hablando de “siglos de opresión” femenina, de machismo, de humillación, de violencia hacia la mujer. Lamentable que conozca la historia de la evangelización de América por el desequilibrado padre Bartolomé De las Casas. Lamentable que equipare a las histéricas manifestantes con las gloriosas santas que hubo en la historia de la Iglesia. Lamentable, y contrario tanto a la experiencia como al simple sentido común, pensar que serán “tres días de reflexión”. Vuelvo a preguntarme: ¿será que nos está tomando el pelo, o estamos hablando de cosas distintas? Lamentable, asimismo, que crea que sólo es un simple rumor en las redes el aviso de que vienen a quemar y a destruir. Alguien que le avise a monseñor qué dice sobre la Iglesia uno de los estandartes que levantan orgullosas las pacíficas manifestantes. ¿Puede haber tanta ingenuidad para estar “seguro de que la mayoría viene para hacerse oír pacíficamente”? Deles la bienvenida nomás, y siga con esperanza los debates públicos. Pero no pretenda que los fieles lo sigamos en semejante estupidez. Siga rogando que no haya ninguna forma de agresión. Pero no se lo ruegue a sus fieles, ruégueselo a quienes los quieren comer vivos cuando los ven simplemente rezando pacíficamente el Rosario. No es una excusa proteger las iglesias para agredir a las locas sueltas. La excusa es decir que no son locas ni malas, para no proteger las iglesias.
El recurso a “los pobres” como destinatarios del dinero no podía faltar en el discurso de un obispo argentino. ¿No les trae a la memoria lo que dijo Judas, el apóstol traidor? Pues que hay traición en este comunicado. Traición a un deber sagrado: el de ser custodio de la Esposa de Jesucristo. Traición como de adulterio con los poderes de este mundo tenebroso. Traición a su investidura episcopal. Traición al lenguaje frontal y evangélico del “sí, sí; no, no”. ¿De qué otra forma se explica, por ejemplo, que un obispo hable de diversas “orientaciones sexuales”?
Si nos quiso tomar el pelo, monseñor Víctor Manuel Fernández, conmigo y con mi familia no se lo permito.
A 02 de octubre de 2.019, día de los santos Ángeles Custodios
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Las tipas arrojaban excremento defecado en ese mismo momento. De que habla este hombre cuando dice que fue enriquecedor.
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Este artículo incita a la violencia y al terrorismo fundamentalista.
Estos tipos se quedaron en la época del Santo Oficio y las sádicas torturas contra las infelices acusadas de brujería.
Solo que ha sido escrito en una época en la que tenemos herramientas legales para responder a una incitación a la violencia.
Vergüenza de diario
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Éste Obispo habla con miedo, no pacífica no enriquece ni menos dice la Verdad. Pobre hombre ¡¡ cómo tendrá que rendir cuentas a Dios por ser un cobarde y timorato!!!!
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Apoyo totalmente los dichos en ambas cartas. Sus redactores son hombres valientes y verdaderos catolicos. Por eso los aplaudo de pies.
Lamentable lo de Ud. Sr. Obispo es vergonzoso y lamentable. Parece que esta a revolución malvada.
Atea y asesina revolución fransesa y para completar su formacion ideológica sigue a Fray Bartolome de las Casas, con sus mentiras, que ya fueron demostradas. Ud su Eminencia debe cuidar al rebaño que el Señor le encomendó y enaltecer el cargo que ocupa por Santa Voluntad de Dios. En las profesias de Garabandal dice la Santa Madre de Dios que en los últimos tiempos la fe será defendida por los fieles, no por los sacerdotes. Creo que está llegando ese momento.
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Apoyo totalmente los dichos en ambas cartas. Sus redactores son hombres valientes y verdaderos catolicos. Por eso los aplaudo de pies.
Lamentable lo de Ud. Sr. Obispo es vergonzoso y lamentable. Parece que esta a favor de la malvada,
Atea y asesina revolución fransesa . Y para completar su formacion ideológica sigue a Fray Bartolome de las Casas, con sus mentiras, que ya fueron demostradas. Ud su Eminencia debe cuidar al rebaño que el Señor le encomendó y enaltecer el cargo que ocupa por Santa Voluntad de Dios. En las profesias de Garabandal dice la Santa Madre de Dios que en los últimos tiempos la fe será defendida por los fieles, no por los sacerdotes. Creo que está llegando ese momento.
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«No se puede servir a dos señores».
El Evangelio es claro. Por querer quedar bien con las chicas violentas, el Obispo comete la imprudencia de querer justificar su accionar, sin ver lo que hay detras.
Oremos por la union de la Iglesia, aun en la diversidad.
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