La multitud estalló en aplausos ensordecedores para el presidente Trump mientras ahogaba a Taylor Swift en fuertes abucheos. No se trataba solo de fútbol, era un ajuste de cuentas cultural. El pueblo estadounidense está rechazando a los ídolos fabricados por los medios de comunicación y se está uniendo a un líder que realmente los representa. Durante años, el sistema ha intentado impulsar a Swift como una influencer política, utilizándola como una herramienta para reforzar su narrativa desmoronada. Pero esta noche, los fans lo dejaron muy claro: ella no habla por ellos.

Excelente , fantástico.
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